Un impulso que va o viene del cerebro para ejecutar o inhibir una acción motora viaja por las fibras nerviosas a velocidades que oscilan entre los 2,5 y los 430 km/h. Éste máximo es alcanzado por las fibras mielínicas que controlan la contracción del músculo esquelético; y es el mismo para todos, desde un superatleta hasta un sedentario recalcitrante. Ahora bien, el tipo de fibras que componen la musculatura a nivel individual, esto es, la proporción de fibras rápidas y lentas de cada músculo –peculiaridad que viene determinada genéticamente– junto al entrenamiento habitual, optimizan notablemente el tiempo de respuesta en un ejercicio. No obstante, existe un umbral de respuesta infranqueable. Por ejemplo, los velocistas gastan como mínimo 0,1 segundos desde que oyen el disparo hasta que reaccionan: el sonido tarda 0,04 segundos en llegar al cerebro y éste invierte 0,01 segundos en generar un impulso nervioso que recorre la médula espinal en 0,03 segundos. Los músculos así excitados responden en 0,02 segundos.
Fuente: @muyinteresante
Fuente: @muyinteresante
No hay comentarios:
Publicar un comentario